El agua juega una función crucial en la digestión, transportando estos nutrientes y energía a nuestros tejidos y células, y eliminando los productos tóxicos del metabolismo a través de los riñones y vejiga en forma de orina, y a través del sudor.
El agua es un componente muy importante en la digestión, especialmente en un sistema digestivo perteneciente a una persona mayor.
En cuerpos mas jóvenes el proceso de "romper" los alimentos y convertirlos en formas mas sencillas para poder ser absorbidas por el organismo se hace de una forma muy elemental. Ambos sistemas, el digestivo y el metabólico, sufren relativamente pocos cambios con el paso del tiempo, pero si hay algunos que ocurren. Los cuerpos maduros necesitan mas líquido, especialmente agua. Un suministro inadecuado de agua a las células y los tejidos, altera dramáticamente la manera de aprovechar los alimentos.
La motilidad intestinal o movimientos peristálticos, habilidad del intestino para movilizar los alimentos mediante la contracción de las paredes del intestino, disminuye con la edad.
Esto incrementa el tiempo que tarda un alimento en ser totalmente digerido y ser eliminado al exterior en forma de heces; provocando que una persona sea mas propensa a sufrir calambres, inflamación, gases, estreñimiento, diverticulosis e incluso cáncer de colon.
Beber suficiente agua, junto a una dieta rica en fibra, puede prevenir este tipo de variaciones en la motilidad intestinal.
Esto incrementa el tiempo que tarda un alimento en ser totalmente digerido y ser eliminado al exterior en forma de heces; provocando que una persona sea mas propensa a sufrir calambres, inflamación, gases, estreñimiento, diverticulosis e incluso cáncer de colon.
Beber suficiente agua, junto a una dieta rica en fibra, puede prevenir este tipo de variaciones en la motilidad intestinal.
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